Mes de concientización sobre el acoso escolar
Octubre es el mes dedicado a la prevención del Bullying. El objetivo de este mes es poner fin a esta forma de violencia que azota a miles de niños y niñas. Para lograrlo es fundamental que los padres y los educadores se informen y comprendan la gravedad del tema.
Bullying significa acoso escolar. Es un comportamiento violento y repetitivo mediante el cual uno o varios niños intimidan, someten y atemorizan a otro niño, ya sea dentro de las instalaciones de una escuela o fuera de ella..
Según una encuesta federal, casi el 20 por ciento de los estudiantes de secundaria de EE. UU. Informaron haber sido acosados en la escuela durante el año pasado.
Muchos niños y niñas sufren a diario este modo de violencia.
El acoso suele dejar consecuencias negativas duraderas a quienes lo padecen. Estos efectos incluyen depresión, mayor riesgo de tener pensamientos suicidas, inhibiciones, estados de angustia, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, problemas de salud, autolesiones, abuso de sustancias, problemas en los vínculos, miedos, problemas de autoestima, y dificultades para establecer relaciones de confianza.
Hay que entender que cualquier niño o niña puede ser víctima de acoso escolar.
Por otro lado, el niño que sufre bullying suele sentirse avergonzado y en general oculta lo que le está ocurriendo. Por este motivo la mayoría de padres tardan en notar que su hijo está siendo acosado. Para evitarlo, es necesario que los padres estén atentos a las señales de alarma que pueden indicar que el niño está siendo acosado por sus compañeros.
20 Señales de alarma para padres
- El niño está más callado. No cuenta absolutamente nada, ni cómo le fue en el colegio, ni qué pasó en clase.
- Le cuesta comunicarse con los demás y expresar sus emociones.
- Se aísla y prefiere pasar el tiempo solo.
- Muestra cambios de humor. Llora más o se enfada con más facilidad.
- Está apático y desganado.
- Deja de salir con los amigos. Prefiere quedarse en casa.
- Está inapetente. Come menos, incluso si se trata de su plato preferido.
- Todo parece darle igual. No muestra entusiasmo por lo que antes le gustaba.
- Empieza a irle mal en la escuela. Saca peores notas. No se puede concentrar y se muestra distraído.
- Puede presentar problemas para dormir. También puede tener pesadillas y despertar con cuadros de angustia a mitad de la noche.
- A causa de la ansiedad puede tener mareos, dolor de cabeza o vómitos sin causa física.
- Puede tener ataques de ansiedad que se pueden manifestar de manera corporal como dificultad para respirar, ahogos y aceleración del corazón.
- Puede tener conductas violentas que antes no tenía.
- Puede dar excusas para no ir a la escuela.
- Intentar evadir cualquier tema relacionado con la escuela. Hacer todo lo posible por no hablar de eso.
- Puede tener lesiones o heridas que no tienen explicación y de las que no quiere hablar.
- Puede empezar a perder o a tener daños en sus objetos personales y en sus útiles escolares que el niño no puede explicar.
- Cambios en los hábitos alimentarios, que pueden ir desde no comer a comer sin parar.
- Sentimientos de impotencia y disminución de la autoestima.
- Comportamientos autodestructivos como lastimarse o hablar de suicidio.
4 actitudes erróneas de los padres frente al bullying
- Minimizar la situación. Pensar que el bullying es cosa de niños y que no tiene mucha importancia.
- Pensar que a su hijo no le va a pasar. Creer que sólo les pasa a los niños raros o que tienen alguna particularidad que los hace propensos a sufrir agresiones.
- Supongo que si a su hijo le pasa se van a enterar inmediatamente porque lo va a contar inmediatamente. Creer que si no dice nada es porque no le está pasando nada.
- Culpabilizar al niño. Creer que el problema es que su hijo no sabe defenderse y que esa experiencia lo va a ayudar a desenvolverse mejor en la vida.